Hoy Topares existe, en 1975 no. Yo era entonces maestro rural, en Topares, y solía parar los domingos por la tarde en Vélez-Blanco a tomarme el último café a las faldas del castillo expoliado y coger fuerzas para la aventura final con mi Seat 127: «Topares, echa pan y no te pares». Pero primero había que llegar. El trecho final de mi vuelta de fin de semana incluía un camino de cagarrutas y el lecho de un barranco lleno de riscos: alguno se había quedado atrapado allí y una riada se había llevado el coche. Era la única entrada por el sur a una aldea perdida. Luego descubrimos que en aquel paraje condenado al olvido no sabemos por qué razón, habían construido sus cuevas los hombres del neolítico. Incluso que el indalo, símbolo de lo almeriense, se había encontrado pintado en algunas de aquellas cuevas. Topares, hoy, existe: lo hemos colocado en el mapa. Y hasta la wikipedia habla extensamente de él. Pero han pasado 35 años y hemos querido echar una mirada atrás hacia a esos años, para ver cómo éramos. Sigue leyendo
topares existe
Topares, hoy, existe; pero en 1975 no existía. Yo solía parar en Vélez-Blanco a tomarme el último café a las faldas del castillo expoliado y coger fuerzas para la aventura final: el camino de cabras y el lecho de un barranco como única entrada por el sur a una aldea perdida y olvidada. Luego descubrimos que en aquel paraje condenado al olvido no sabemos por qué razón, habían construido sus cuevas los hombres del neolítico. Incluso que el indalo, símbolo de lo almeriense, se había encontrado pintado en algunas de aquellas cuevas. Topares existe, lo hemos colocado en el mapa… y hasta la wikipedia habla extensamente de él. Pero han pasado 35 años y hemos queridos echar una mirada a esos años, para ver cómo éramos.
franco vivía aún
Este fin de semana me voy a pasar frío a Topares… pero no lo voy a notar. Topares no solamente fue mi comienzo como periodista y como realizador/director; Topares fue mucho más. Yo era entonces un imberbe maestro en una aldea del municipio de Vélez-Blanco de unas decenas de habitantes, cerca de la cueva de los Letreros. Allí apareció el indalo almeriense y allí, se ha escrito, tiene una de sus fuentes el río grande: Al-wadi al-Kabir. Sin embargo, en Topares vivíamos sin agua… sin luz, sin teléfono y para llegar (‘echa pan y no te pares’) ni siquiera había carretera.
Una tarde de noviembre de 1975, con el transistor puesto, nos enteramos en Topares de que el caudillo se estaba muriendo… en la cama. Sigue leyendo
anticrónica de un pueblo
Después de escuchar a doña María decidí hacer ‘Anticrónicas de un pueblo‘. Era el invierno de 1974. Esta semana, 34 años después, voy a Topares para rendir homenaje a doña María: la mujer que se atrevió a escribirle a Franco para decirle que su pueblo no era como el de «Crónicas de un pueblo». Vuelvo a Topares, pero antes quiero pasar por el cuartelillo de la Guardia Civil de María. Donde el sargento al frente del cuartelillo me repetía una y otra vez, moviendo la cabeza de un lado a otro:
Pero don José: cómo se le ocurre a usted, que es el maestro, decirle a la gente de Topares que no se crean lo que dice Televisión Española… Sigue leyendo