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José-María defies common stereotypes. Although he was born in Almería, in the heart of Andalusia, those who know him are quick to point out that his excessive perfectionism in work seems «more Swiss than Spanish». Some would argue that José-María’s «Teutonic» work ethic has something to do with the fact that he has not only married a German, but has also spent long periods of time in that country as a foreign correspondent for the Spanish National Television (TVE). He not only covered the fall of the Berlin Wall in 1989, but became Bureau Chief in Berlin towards the end of the 1990s, covering the ups and downs of the reunification. However, the fact that José-María has spent most of his life darting across the globe as a journalist for TVE suggests that being a workaholic may be innate. Spending time as a foreign correspondent in Rabat, Sarajevo (during the siege), Madrid, Port-Au-Prince, Kinshasa, New York, Washington and finally Brussels, José María may have had to acclimatize to local cultures. But that has never meant adapting to local working hours, much to the annoyance of his family and friends.

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catherine: l’europe sans frontière

Fille d’une mère de la France de Sud et d’un père d’Allemagne du Nord, le mélange parfois surprenant des cultures différentes, elle connaît. Découvrir l’Europe et en reporter:
voilà l’ambition de Catherine dès ses études de Sciences Po. Aller sur place, reporter, écrire et éditer. Après l’école de journalisme en France, elle trouve sa passion en tant que Journaliste Reporter d’Image. Elle réalise ses premiers reportages pour M6 et France 3 avant de quitter la France pour la capitale européenne. En tant que réalisatrice, elle couvre des sommets européens, de l’OTAN, ainsi que des meetings de G8 pour les chaînes  ZDF, Deutsche Welle et ARD. Pour la chaîne de news de la commission Européenne, EBS, elle voyage partout en Europe, suivant l’actualité européenne. Attention: derrière une
info peut s’en cacher une autre. Relever celle-là, voilà son ambition.

josé-maría: bocadillos de patatas fritas

En 1975 muere Franco en la cama y José-María llega a Barcelona con dos cortos prohibidos bajo el brazo, rueda las primeras manifestaciones de la transición y los grises le machacan la cámara a palos. En París se hace amigo de Cioran y sobrevive comiendo bocadillos de patatas fritas en el barrio latino. El primer sueldo con TVE se lo gana filmando mormones, en Utah, antes de irse a Alemania de corresponsal. En 1989 cae el Muro de Berlín y José-María estaba allí: «Aquella noche en el Checkpoint-Charly, haciendo directos para TVE, pasé los momentos más hermosos de mi vida.» Después viene el cerco de Sarajevo… y la corresponsalía de Nueva York. Cuando Bush llega a la Casa Blanca, José-María está poniendo la primera piedra de la delegación de TVE en Washington, pero Madrid decide lanzarlo con paracaídas en Bruselas. Genio y figura, cualquier excusa es buena para irse de reportero, en busca de acción y de aventura: Haití, Congo, Líbano… Menos mal que no le gusta ser corresponsal de guerra.

cqc: aquí no se calla nadie

lo habrán visto ustedes ya: hemos estado un rato en la cumbre de bruselas con juanra bonet, el caiga quien caiga: cqc es un formato de coña informativa importado de latinoamérica que rompe techos de audiencia en españa. juanra se lo monta de cine y yo siento una sana envidia por estos reporteros del cqc, que se lo pagan bomba trabajando: en este caso, dándole caña a berlusconi, al presidente kazynski (genial la escena del móvil, juanra: eres un genio), y caña también a zp: «que pasa con las promesas electorales, presidente»me cae simpático este tío, nos cae simpático a todos: incluso al vicepresidente del gobierno español, pedro solbes, que ha tenido la paciencia de contestar a todas y cada una de sus ocurrencias. nosotros pasábamos por ahí y hemos puesto la oreja después de un divertido diálogo de besugos entre juanra y jms: ¡chapeau, tío! señor solbes, mejor echarles dinero a los bancos… o dejar que se la peguen. pues, la verdad, no lo sé… debería saberlo, siendo usted del psoe. bueeeenoooo… ya sabe usted que yo defiendo la libertad de mercado… No te lo pierdas.


carta a un corresponsal de tve

Ha llovido un poco desde que Luis Duque, que luego fue realizador de ‘Los Desayunos de TVE’, nos hiciera esta foto mientras buscábamos mormones adúlteros en Utah y Colorado.

Estábamos rodando un ‘En Portada’ («Cuando llegan los Santos’) para Asunción Valdés, que luego se iría de jefa de Prensa a la Casa del Rey. En 1986 yo era un intrépido reportero al que TVE pagaba por semana trabajada. Como a los obreros de la construcción.

No fue fácil tomar la decisión de irse de TVE, ni ha sido un camino de rosas la ‘descompresión’. Tampoco fueron fáciles esos 23 años dando tumbos; ni fácil trabajar condicionados por la ideología que ha ganado las últimas elecciones, aunque la política a los corresponsales sinceramente nos afectaba poco. Pero no es tarea cómoda hacer el minuto de telediario con jefes que juran en arameo cuando consigues ser ameno y creativo:

¿Verdad que no querías un Visconti en Bruselas, Urdaci?

Años complicados, ‘indeed’, siempre con la casa y la familia a cuestas, de país en país, de puerto en puerto: Bonn, Rabat, Madrid, Berlín, Nueva York, Bruselas… y aquel ‘coitus interruptus’ de Washington, dónde me dejaron justo poner un trozo de Muro de Berlín como primera piedra de la nueva corresponsalía. Pero el mentado Urdaci no me dio tiempo para que disfrutada del par de sillas compradas ‘à la va-vite’ en una tienda de Georgetown. Todavía recuerdo las escuetas palabras al teléfono de Alfredo mientras preparaba una crónica, para el TD2, sobre el fraude de las butterfly ballots.

Te quiero en Bruselas dentro de 48 horas, José-María: tienes que levantar la corresponsalía.

Lo único que se me ocurrió pedirle a mi entonces director de Informativos es que fueran 72 horas, en vez de 48: para poder desmontar el piso y hacer las maletas. Pero no nos vamos a quejar, para nada. Porque los corresponsales de TVE, siempre fui un privilegiado, como los sois ahora vosotros, aunque nuestras familias sufran las consecuencias. Menos mal que mis hijos no me han echado nunca en cara tanto ajetreo. Bueno, el mayor me llama ahora ‘workaholic’, pero en broma: ¿verdad Gabriel? Tanto él como su hermano Oscar se mueven por la vida en cuatro idiomas y con una visión ‘multikulti’, como dicen los alemanes: abiertos, europeos y con el mundo en sus manos. Aunque hayamos pagado ‘un precio’, recibimos mucho a cambio. ¿Cómo no vamos a estar agradecidos a Televisión Española? Seríamos idiotas.

Supongo que será bueno para ti, querido compañero, eso de no estar todavía en un ERE, como yo y otros 4.149 compañeros más; aunque te confieso que, pasado el mal trago, no podemos decir que nos hayan tratado mal del todo con el 92 % del sueldo que nos queda de manera ‘vitalicia’. Pero está bien que a ti no te echen todavía: aunque, como escribía Elvira Lindo en ‘El País’, a lo mejor el próximo ERE lo hacen a los 40.

Me dices que eres ‘todo oídos’, que te cuente lo que estoy ‘fabricando’: pues escucha. Una de las cosas que estamos haciendo es la red de corresponsales: una agencia global de crónicas, directos y reportajes que iremos desarrollando pasito a pasito. Pero sin hacerle sombra a TVE, al contrario.

Dirigirme a vosotros, antiguos compañeros de TVE, para contaros estas cosas, podría interpretarse como que os quiero fichar. ¿De verdad lo ha pensado alguien? La verdad es que en nuestra ‘open platform’, en la [a] news network, hay colegas de muchos medios y bastantes países, una treintena de corresponsales de CNN, EuroparlTV, la Ser, Radio Netherlands, BBC, El Mundo, Cuatro, Radio Euskadi, El País… ¿Por qué no TVE?

No deberías ver [a] news como un club de ex, que se reúnen para echar una partidita: la mayoría son profesionales jóvenes, y hasta ‘journalistes stagiaires’ muy potentes, corresponsales ya. Está claro que no somos una productora: a mí lo del ‘business’ se me ha dado siempre mal. Tenemos que intentar, sin embargo, que la agencia por lo menos se autogestione y no nos cueste un duro. Hasta ahora nos está salvando mi plan de pensiones de la tele: los bancos, ya sabes, no están los pobres para prestar.

Resumiendo: que no me he quedado en mi casa ni sentado en un banco, haciéndome viejo diez años antes de tiempo. Lo que hago, con orgullo y satisfacción, es ejercer mi derecho constitucional al trabajo; aunque esta agencia de corresponsales que dirijo no llegue a convertirse nunca en negocio y al final acabemos todos como ‘madres teresas’ de Calcuta: trabajando de balde, como yo hago ahora.

Pero siempre tendré la tranquilidad de que nadie me puede volver a jubilar. Ni obligarme a matar el día paseando al perro.