Indiana, vuelta a Washington y mañana… Florida y más Washington, con la primera rueda de prensa en la Casa Blanca. DEmasiado Obama en 48 horas. Barack Obama puede pasarse de rosca. La economía es la culpable, un paro que no para y unos planes de rescate que sus señorías no acaban de consensuar en la colina del Capitolio. La puesta en escena es de película, como casi siempre. Todos son números, pero sin necesidad de cuadrar las cuentas.
La Fox perderá esta noche tres millones de dólares en publicidad. Obama no es como la serie House , pero se apunta para demostrarlo. Siete días más tarde se ha reservado quince minutos de comparecencia económica. Ese lunes será fiesta, el día de los presidentes, y quién sabe si además con tarta de repartos. Senadores y representantes tienen todavía que ponerse a votar lo que promete ser el estimulo multimillonario para salir de la crisis. Hay bofetadas pero, como siempre ocurre, entre col y col, lechugas.
Los republicanos no se fían de cómo los demócratas utilizan el dinero de todos. Hace solo unos meses, Bush era el que ponía el grito en el cielo. Curioso, los primeros en caerse de la lista de ayudas han sido los veteranos de la guerra de Corea. Gajes del oficio cuando hay que repartir mas de 800 mil millones de dólares. Nadie se fía o todos hacen que no se fían para no tener que justificar una de gato por liebre. Obama es el primero en querer poner la directa. El presidente va de bueno, pero más de once millones de parados le han acabado de poner entre la espada y la pared. La salida es coger el dinero en forma de maleta y plantarse estos dos próximos días entre comunidades en apuros.
Otros políticos han llegado más lejos hasta con la ley en la mano. Si quieren expropiarles –dicen a sus conciudadanos- conviértanse en okupas. Buscan asesoramiento legal. No tienen dinero, pero defiendan la propiedad de la que quieren echarles. El secreto está en saber quién tiene hoy su hipoteca impagada. Seguramente ha pasado por varias manos, entidades de aquí y de allá, capaces de buscar entre la basura el precario brillo de un puñado de dólares. La situación puede volverse insostenible, pero la esperanza es lo último que se pierde.
Tenemos Obama en serie hasta cansarnos y casi en sesión continua de cine de barrio: hoy, Obama en el Congreso y en la tele; siete días después, más Obama… y dos semanas m´s tarde, sus señorías tendrán que tragarse otras dos horas de presidente Obama en su discurso de la Unión en formato extraordinario. No será por falta de ganas, pero antes de que acabe febrero tendremos Obama para rato y ya saben aquello del mensaje y el mensajero…